El primer turno fue para Jaén, en dónde se encuentra el pico Mágina, de 2164 m. Durante la semana, creo que todos sólo pensábamos en las probabilidades de lluvia, pero precisamente, lluvia fue lo último que nos cayó. El día se presentaba algo cerrado, pero sin más complicación, la única pega era una niebla a ratos espesa pero que al final parecía ceder. Sin embargo, después de la parada para el bocata de media mañana, y al comienzo del sendero (los primeros 6 km son por pista forestal) ya veíamos los primeros rastros de nieve. Conforme se amontonaba más la nieve, más parecía concentrarse la niebla, a cada vez más blanca y espesa, y ya casi al final comenzó a soplar un viento que nos teñía el pelo de blanco.
El final, un tanto amargo: la niebla nos privaba de las vistas del Mágina, y salvo el vértice geodésico, había poco que ver. Pero aún así, opino que mereció con creces la subida, pues bajo esas condiciones tan desfavorables, hemos podido ver otra cara del monte.
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