sábado, 17 de septiembre de 2011

Tarifa: Migres

Llegué al dichoso albergue a eso de las siete de la tarde, después de tener que hacer la mochila en un tiempo récord escuchando el sermón matutino de mi madre, sortear las obras del metro de Málaga, sobrevivir a un estado de desesperación al no encontrar cajero en las inmediaciones de la estación y a un 'shock' al enterarme de que debería de esperar dos horas para coger el siguiente autobús. Todo ello acompañado por el nada deseado recuerdo de las cervezas de la noche anterior y sin despedirme de mi padre, que llevaba ya unos días sin ver. Pero ya había llegado, y a partir de ahí, ya fue todo sobre ruedas. 

La primera impresión, es que el concepto de albergue que tenía era muy diferente al que vi, entre otras cosas porque sólo pensaba en algo parecido a un 'hostel' y eso más bien parecía sacado de una serie americana de surferos. El albergue era el 'Inturjoven Sur de Europa', a lo que añadiré que aún no entiendo eso de 'inturJOVEN', ya que a menos que no seas un 'joven' snob (pijo para los de la LOGSE) no me imagino a ningún 'joven' emprendedor-mochilero pasando una noche allí, no porque las camas sean incómodas, si no más bien las facturas. Por supuesto nosotros teníamos todos los gastos pagados, que para eso nos despertábamos temprano.


La rutina del Migres era simple: a las ocho de la mañana en pie, desayuno hasta las ocho y media y a las nueve en el puesto listos para contar pájaros, hasta las seis de la tarde. Parece aburrido (que a veces lo era) pero cuando está pasando un 'chorro' de unos 1000 milanos en grupos de a 10, 20 ó 30...ó directamente un bando recién aparecido de la nada de unas 500 cigüeñas......no se te hace para nada aburrido.


Aparte íbamos cambiando según el día: para los censos 'normales' (los que tenían preferencia, en nuestro caso cigüeñas y milanos) teníamos dos puestos, Facinas y Cazalla. 
El primero situado en el puerto de Facinas, al final de un valle, paso forzoso para la mayoría de los migrantes, cigüeñas en especial. Lo bonito es que estaba en mitad de varios parques eólicos, la verdad es que era un infierno. 
El segundo, Cazalla, estaba situado en una loma justo antes de descender a Tarifa. Más fresco que Facinas, y más entretenido, pues siempre pululaban rapaces cerca: primillas, culebreras, calzadas, etc
Aparte teníamos otro puesto costero (Punta Camorro) en dónde se intentaba observar la edad y/o sexo de las aves que pasaban cerca. 
También había días en que realizábamos alguna otra actividad, como censo de aves marinas en la isla de Tarifa, observación de aves en la Janda (garcillas, garzas, moritos, martinetes, cigüeñuelas, etc),  anillamiento, charlas, etc 
Las actividades dependían también del tiempo que hiciese, ya que con un fuerte levante no podíamos censar. Pero lo cierto es que tuvimos mucha suerte y sólo recogimos dos o tres días, gozando de unos días de poniente magníficos. 


En el tema de aves también nos dijeron que tuvimos mucha suerte, la verdad que ninguno nos podremos quejar de la variedad de especies que contamos en los 15 días (y las otras tantas que observamos).
Os dejo los resultados de nuestros conteos (nuestro turno fue el primero, así que es la última tabla):



Y por supuesto algunas fotos del Migres:



Desde luego algo que habrá que repetir, pues ver 1000 cigüeñas volando juntas es algo que no se ve todos los días.

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